La joven sanjuanina comenzó a sentirse mal tres días después de la intervención y fue internada. Sufrió un paro cardiorespiratorio.
El pasado 10 de febrero Julieta Viñales ingresó al quirófano de una clínica privada de la provincia de San Juan para someterse a una simple operación de amígdalas y un rato después, como estaba previsto, recibió el alta y se fue a su casa. Pero el procedimiento ambulatorio se complicó y dos semanas más tarde la joven de 18 años permanece internada con muerte cerebral.
Al día siguiente del primer control post operatorio fue cuando Julieta sufrió la primera hemorragia y 24 horas después, todo se salió de control. La pérdida de sangre entonces fue tal que entró en paro y ya no volvió a despertar.
Fuente: El tribuno de jujuy
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